Control de la miopía
La miopía es el defecto de visión más frecuente en todo el mundo. A medida que los países se industrializan y los niveles de educación se elevan, la incidencia de la miopía es mayor. La pregunta es: ¿Por qué razón nos preocupa este problema? ¿No es la miopía como los demás defectos de visión que ocasionan una visión borrosa y puede mejorarse simplemente usando lentes con la graduación adecuada? La respuesta es no. Cuando llega a niveles altos, se convierte en un problema patológico. Las consecuencias pueden incluir desprendimiento de retina, degeneración macular y desprendimiento de vítreo, llegando a estar considerada como un problema de salud pública en algunos países.
En general, la miopía crece cuando se produce un aumento en el tamaño del ojo. ¿Y por qué un ojo de tamaño normal sigue creciendo? Este crecimiento está controlado por la manera en que las imágenes se enfocan en la retina. Al mirar con nuestras gafas o lentillas convencionales vemos un objeto enfocado cuando su imagen se forma justo en la retina central. En cambio, en el área que rodea la retina central, la imagen se forma detrás de la retina quedando desenfocada. Este desenfoque supone un estímulo para desencadenar el crecimiento de los ojos y el consecuente aumento de la miopía. Este fenómeno se interpreta como si la retina periférica buscara realinearse con la ubicación de la imagen.
En nuestros 20 años de experiencia, hemos visto cómo la miopía de muchos niños y adolescentes crecía de manera incontrolada y que los métodos que supuestamente podían ayudarnos a controlarla (lentes bifocales, hipocorrección de la miopía, agentes que reducen la presión intraocular, lentes de contacto permeables a los gases) no eran lo eficaces que esperábamos.
En cambio, estamos obteniendo resultados significativos con los sistemas que actúan sobre la manipulación del desenfoque en la retina periférica como la ortoqueratología (orto-k) y las lentillas blandas bifocales.
La ortoqueratología (Orto-K) es un tratamiento para corregir la miopía basado en la adaptación programada de lentillas de diseño especial que producen un moldeo de la córnea mientras se duerme, logrando que el usuario pueda ver nítido durante el día sin necesidad de llevar gafas o lentes de contacto.
Diversos estudios de Estados Unidos (Walline et al., 2009), Hong Kong (Cho et al., 2005) y Australia (Swarbrick et al., 2010), muestran una reducción del 50% en la progresión de la miopía en niños tratados con ortoqueratología en comparación con los que utilizaron gafas o lentillas convencionales. Los cambios corneales inducidos por la ortoqueratología hacen que, durante el día, cuando el paciente no utiliza las lentes, el enfoque central sea el adecuado pudiendo prescindir de las gafas o lentillas mientras que el enfoque periférico se produce antes de la retina. Este efecto neutraliza el estímulo que se cree que origina la tendencia del ojo a crecer y por tanto a volverse más miope.
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