Control de la miopía

La miopía no es como los otros defectos de visión que ocasionan una visión borrosa y puede mejorarse simplemente usando lentes con la graduación adecuada. Cuando alcanza niveles altos, se convierte en un problema patológico.

Por lo general, la miopía crece cuando se produce un aumento en el tamaño del ojo. El crecimiento del ojo está controlado por la forma en que las imágenes se enfocan en la retina. Al mirar con nuestras gafas o lentillas convencionales vemos un objeto enfocado cuando su imagen se forma justo en la retina central. En cambio, en el área que rodea a la retina central, la imagen se forma detrás de la retina y queda desenfocada. Este desenfoque supone un estímulo para desencadenar el crecimiento de los ojos y el consiguiente aumento de la miopía.

 

En nuestros 20 años de experiencia, hemos visto cómo la miopía de muchos niños y adolescentes crecía de manera incontrolada y que los métodos que supuestamente podían ayudarnos a controlarla (lentos bifocales, hipocorrección de miopía, agentes que reducen la presión intraocular, lentes de contacto permeables a los gases) no eran tan eficaces como esperábamos.

 

En cambio, estamos obteniendo resultados significativos con los sistemas que actúan sobre la manipulación del desenfoque en la retina periférica como la ortoqueratología (Orto-k) y las lentillas blandas bifocales.

 

La ortoqueratología es un tratamiento para corregir la miopía basado en la adaptación programada de lentillas de diseño especial que producen un moldeo de la córnea mientras se duerme, para conseguir que el usuario pueda ver nítidamente durante el día sin necesidad de llevar gafas o lentillas.

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